El temporal de esta semana ha dejado a la vista los cimientos de la caseta de amarre del cable submarino que unió a España e Inglaterra en el Siglo XIX. El cable telegráfico, que originalmente unía Bilbao e Inglaterra, fue trasladado a la capital Cántabra en abril de 1874.
Las tropas Carlista sitiaron Bilbao y la compañía propietaria del cable prefirió trasladar el punto de amarre a un lugar más seguro.
La conexión, que se realizó como una solución temporal, se mantuvo a lo largo del tiempo y convirtió a Santander en un importante centro de comunicación telegráfica con Inglaterra. Hasta se reforzó la conexión con Madrid que, por aquel entonces, solo contaba con una línea.
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